Alejandro Salaverry fue durante 16 años uno de los delincuentes más buscados, sin embargo se mantuvo oculto desde el 2003, cuando ocurrió el crimen del agente de la DDI Cristian Agusti, y el 2019, que quedó libre de cargos. Al ir a vacunarse contra el Covid-19 en el Museo Mar fue detenido, acusado de haber intentado matar a una persona en Morón.
Un hombre vinculado con el asesinato de un policía, pero cuya causa había prescripto por el paso de los años, fue detenido cuando fue al Museo Mar para vacunarse contra el Covid-19 por estar imputado de una tentativa de homicidio en la localidad de Morón.
Alejandro Salaverry fue durante 16 años uno de los delincuentes más buscados de Mar del Plata, acusado de haber participado del asesinato del policía de la DDI Cristian Agusti en 2003. Nada se supo de él hasta que, en 2019, la causa prescribió e ingresó a pie por la puerta principal de Tribunales para que le notificaran que estaba libre de todos los cargos.
En esta oportunidad, Salaverry, al tener 40 años, fue a vacunarse contra el coronavirus al Museo MAR y, al ser identificado, saltó una alarma: el hombre tenía pedido de captura pedida por el fiscal Oviedo de Morón, por una causa de amenazas reiteradas y tentativa de homicidio.
Salaverry, que había podido burlar a la Justicia durante 16 años, fue finalmente esposado por la policía, quedó detenido y en breve será trasladado a Morón para que el fiscal Oviedo pueda tomarle declaración indagatoria.
El crimen de un policía
El 27 de octubre de 2003, cerca de las 17, Salaverry y sus cómplices (Claudio López, Fernando Palomino y Carlos Marcelo De los Santos) asaltaron una casa de insumos de computación ubicada en la zona de 20 de septiembre al 2900.
Cuando escapaban se cruzaron con Agusti y su compañero Cristian Fournier, quien reconoció a Salaverry de otros hechos. Entonces se produjo un ataque a tiros de la banda contra ambos policías. Agusti recibió tres impactos de bala que le produjeron la muerte en el acto y Fournier logró sobrevivir pese a las dos heridas.
Desde ese día Salaverry permaneció en la clandestinidad. Palomino y López fueron detenidos a pocas cuadras y De Los Santos en el año 2012.
Durante varios años el Estado nacional, a través del Ministerio del Interior y de Seguridad ofrecieron generosas recompensas para obtener algún dato de la ubicación del prófugo, pero jamás obtuvieron información “sana”.
Los 15 años 7 meses y 4 días que debían pasar para el cumplimiento del plazo de prescripción se consumieron en mayo de 2019. Finalmente el miércoles 10 de julio, a las 10.10, Salaverry se presentó en el edificio de Tribunales en compañía de un abogado que lo acercó hasta la secretaría del juzgado de garantías de Rosa Frendes. Allí le extendieron el escrito con el sobreseimiento, se notificó, firmó y se retiró.